lunes, 3 de mayo de 2010

POEMAS DEL ALMA

HOMO

Queriendo sentirme tú,
me he sentado en tu sombra.
Queriendo penetrar en tu mente,
me he parado en tu línea.

Queriendo ser tú mismo
he tomado actitud en tu acto.

Y… no he podido
ser tú, ser tu línea,
tu sombra, tu acto.

No he podido mirar
tu recuerdo,
beber tu llanto,
acariciar tu vista.

Tus largos pensamientos,
tus mudos silencios,
tus amores, tus gestos.






INSOMNIO


¿Cama?
No tengo cama.
Se perdió una noche de insomnio
Ante la mirada impávida de la lechuza
En el viejo madero de mi casa.

Ni cama, ni estera, ni cobija, ni cruz.
Mi jaula dorada cual arpegio embriagado
Giró ante mis ojos y el cristal se rompió.

El gigante negro con su risa hosca
Sacó de su escondite al tilín de rosa
Y de un empellón fulminante su capullo rompió.

Ni cama, ni estera, ni ventana azul
Ahora llora pálida la luna amarilla
Y la lechuza silenciosa espera y espera
En el viejo madero de la cruz




AMOR AUSENTE

Me decías que era yo
la corona mas fraganciosa
de tu tumba.

Que se paralizaron las horas
para escuchar tu pisada
y el tiempo cedió el paso a la distancia
para calar desde el fondo
tu palabra amada.

Tu grito se ahogó una noche insomne
y el sonido tenaz de una despedida,
marcó una huella negra
como una carcajada.
La línea del tiempo marcó tu figura
y te perennizaste joven
en mi mirada.

Quisiera seguirte
por el riachuelo de la vida
trenzar tus sueños
y atar tus días,
sentir que en el fondo
negro del tiempo
fuimos uno en una mirada.

Lucero de luces,
jazmín de mi espada,
agua cantarina perlada de plata,
abedul de ensueño
ágil como la noche,
te envuelves en mi recuerdo
te deslizas en mi mirada.

Peregrino del tiempo
el de la lejana figura
tu verbo, tu tiempo
y tu voz en calma.


Nora Fataccioli Rubio



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